martes, 14 de octubre de 2008

Parándose en medio del salón,
El Licenciado en Letras dijó:


-Muy bonita su poesía “Sola”. Señorita y sin más leyó:

-¿Lo dice por halagarme o porque realmente lo cree así?
-No lo creo, lo siento así… fíjese me pasa algo raro, es como si realmente lo hubiera escrito yo mismo, nada más que… yo no lo hubiera podido expresar tan bien.
-¡Gracias!
-¿Se siente Ud. solo?, me animé a preguntar.
Sonrió casi con tristeza. Fue sólo un instante fugaz y rápidamente su expresión se tornó irónica.
-No lo sé exactamente. Es un sentimiento fluctuante. Casi no podría explicárselo.
-No lo haga. Yo provoqué la pregunta, es natural que surgiera pero quizá sea yo esa gota de rocío que no encontró el lecho aterciopelado de una rosa en la mañana…
Sus ojos esquivaron los míos. Su rostro dejaba entrever una desesperación y una angustia incontenible con una pena que yo imaginaba golpeando su corazón, atormentándolo.
Todos estaban o se sentían fascinados y a su vez azorados por la postura del profesor, quien dando media vuelta salió del lugar sin añadir absolutamente ninguna explicación.

El timbre que señalaba el fin del recreo cortó la conversación.
-Queda en suspenso nuestra confidencia… ¿puede ser?.
Se alejó con paso lento, erguido pero se me antojó que tenía el cuerpo envarado por algún motivo que estuvo a punto de revelarse.

-¿Cómo dice?, pregunté con estupor.
-Que murió a la hora en que las estrellas empalidecen. Dejó esta carta para Ud.
-¿Para mí?... pero… ¿porqué?, ¿porqué para mí? repetí mientras abría el sobre con dedos temblorosos. No quería malas interpretaciones así que dejé que la portadora leyera junto conmigo.
“La gota de rocío, decía, caerá indefinidamente mientras Dios así lo quiera… ha extraviado su camino quizá por el leve soplo de una brisa juguetona, perversa o distraída. Pero tengo la esperanza de no ir hacia la nada. Quizá vuelva a conformarme en otra gota de rocío y logre alcanzar el terciopelo de la rosa encarnada de mis sueños. Hasta entonces”.
-¿Qué significa?, sentí que me preguntaban.
-No lo sé, puede que sea sólo prosa… poesía - dije pensativamente. Hace unos días, para ser precisa, varios días analizábamos una poesía. El me prometió completar un comentario, quiero creer que es lo prometido -dije restando importancia y buscando una salida evitando la intromisión.
Y me fui humedeciendo mis pies al pisar las plantas del parque, sintiendo exquisito perfume de las mentas mezcladas a las gotas de rocío.